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¿Ya han ganado los dragones? Apuntes sobre Juego de Tronos

Vamos al grano ¿Estás esperando la batalla entre un frío dragón zombie y sus dos hermanos de sangre caliente? De seguro más de una firma de efectos especiales debe estar investigando la forma de brindar esta clase de emociones a la fiel audiencia de Juego de Tronos.

No tenemos dudas de la espectacularidad de esta temporada, y ciertamente ha dejado el listón bien alto para la siguiente. Los fanáticos tendrán mucho tiempo para recrear en su imaginación esas futuras batallas; ¡gigantes zombies y dragones! Y también para generar toda clase de teorías

Pero enfoquemos esta cuestión ¿Es Juego de Tronos una serie sobre dragones, fuego, espectáculo y enormes batallas, o aún se trata de las relaciones entre personas? Durante la séptima temporada era difícil estar seguro de cualquiera de estas cosas.

Ciertas historias, como el conflicto entre Sansa y Aria, se hubieran beneficiado de un tratamiento más profundo y claro. ¿Qué hubiera pasado si la “rivalidad” entre ambas se hubiera justificado mejor y ambas hubieran tenido tiempo de exponer mejor sus conflictos y desacuerdos?

El resultado final, la muerte de un acobardado Meñique, ha dejado a muchos espectadores con la sensación de haber sido engañados durante las interacciones entre estos personajes.

¿Qué era real y que era impostado en la “guerra” entre las hermanas Stark? Nadie puede saberlo con certeza, al igual que el papel que Bran tuvo en el desarrollo de esta farsa.

Muchos analistas y opinadores sostienen que mientras los dragones y gigantes estén aplastando y derritiendo castillos y ejércitos, lo mismo ocurrirá con el desarrollo de personajes de esta serie.

Las golosinas del “season finale”

Un dragón zombie destruyendo una pared de hielo es algo que vale la pena verse. Pero ese tono frío, oscuro y poco saturado de la imagen en esta escena no es solo la evidencia de un apurado equipo de efectos especiales escondiendo pequeños defectos. Hay algo más.

Este nuevo enemigo es distinto. Son fríos, grises, apagados, muertos. El hecho de que el Rey de la Noche no hable ni exprese ninguna emoción en su rostro nos recuerda que apenas sabemos algo de él.

Cuando Juego de Tronos regrese, con sus seis últimos episodios, no hay dudas que tendremos momentos emocionantes, pero también esperamos que se tomen el tiempo de mostrarnos algo más que guerra y muerte.

Escenas como la redención de Theon Greyjoy nos recuerdan que los momentos más interesantes de la serie ocurren cuando nos detenemos a preguntarnos ¿Y si los verdaderos monstruos han estado dentro de nosotros todo este tiempo?

Desde su primera temporada, Juego de Tronos se ha destacado precisamente en esto; mostrar a sus personajes resistiendo (o dejándose llevar) por sus más bajos instintos y aprendiendo (o no) de sus experiencias más difíciles.

Sus momentos más conmovedores a menudo ocurren cuando sus personajes se dan cuenta que pueden ser mejores de lo que sus acciones pasadas nos han mostrado. No siempre es posible la expiación, pero siempre tienen esa oportunidad de ver más allá de sus preocupaciones egoístas.

En todo caso, tendremos que esperar casi dos años para saber cómo acaba todo esto. En base a la experiencia de esta temporada es muy probable que tengamos filtraciones de los guiones o de las filmaciones, y también se esperan un par de libros de George R. R. Martin en el camino.

Esperemos que HBO resuelva sus fallos de seguridad y que contraten a cerrajeros badalona profesionales para asegurar sus oficinas. O quizás sea mejor rendirse a los spoilers, porque como diría Bronn: “Igual estamos todos jodidos”.